No queda más que decir, más que averiguar, que cuestionar; no queda tiempo, ni ganas, ni formas.
No queda espacio, no queda resplandor...
No queda nada de su absolutismo, ¿cómo haré cuando, presa de la nostalgia, quiera atraerte a mi almohada?
¿cómo haré si su voz no es más que un eco sin ruido?, ¿cómo, cuando ni su rostro alcance mi imaginación?
Ya no quedan poemas al viento, aire compartido, cine de alcoba; no quedan promesas por romper, ya no quedan señales de regreso...
No hay comentarios.:
Publicar un comentario