Hoy siento el corazón como un vidrio roto; hoy me cuesta pegar cada trozo en el lugar correcto, en su lugar original. Hoy sueño despierta con encuentros que nunca sucederán, visualizando diálogos que nunca llegarán. Y te miro de reojo; y tu ruido me asusta, me aparta, me excluye de tu sistema solar; Y me armo de valor para volverte a mirar, y cada palabra que digo, me aleja un poco más de ti; un año, un mes, una hora, un minuto más de tu ruido. Un espacio en blanco entre tú y yo. Y de pronto, cada vez que te veo.. no te veo. Y cada vez que la noche cae, me deja un trozo de día para dormirte. y hoy, no sé cuando llegué aquí, cómo llegué a este túnel de luces pardas; no recuerdo como volver a casa, como volver a mi, o cómo volver a ti.
Y ahora, cada vez mas distante, te veo pequeño, casi indefenso, indefinido, finito e inalcanzable, irrecordable; como si tu cuerpo no te perteneciera, como si nunca nos hubiéramos conocido, como si nunca nos hubiéramos entregado a ese lugar del mundo que nos pertenece.
Y ya no sé, siquiera, si soy yo quien se aleja o si eres tú; ya no sé en que plano voy, a que sabe mi sangre o de que color me veo.
Hoy me siento borrosa, difuminada, como una fotografía antigua, ajena.
Pierdo el ritmo, pierdo las ideas, pierdo el sueño; y ya no quiero dormir por miedo a soñar con la ineludible realidad; y chocar así, sin piedad con tu muro de dureza, con tu lluvia de palabras que queman sin dolor, que me consumen hasta reducirme a una ceniza ausente.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario