Domingo 20 de Junio.

Es tarde, pero comienza mi terapia de trasnoche con los ojos hinchados de llanto...
"Es noviembre del 2010, voy camino a casa y el verano se aproxima, va todo bien, pasé de curso, mamá consiguió un buen trabajo y mi hermana salió bien de su operación; pero aún así con ese sol que me aplasta , escuchando Beck, everybodys gotta learn sometimes, me dan ganas de llorar, de volverme parte del suelo, sigo caminando y mis lágrimas corren a toda velocidad mejilla abajo, pongo mi sonrisa más valiente (cobarde!), esa mascara ridícula y cotidiana (patética); entonces siento un calor humano que me abraza... caminas a mi paso, no me miras por supuesto, sonríes... como de costumbre con esa dulzura ácida tan recurrente en tus facciones anarquistas, estás a 36 cms de mí, siempre distante, siempre ausente-presente, entonces cuando Beck recita el coro, me dices con ese aire despreocupado (inconsciente) "Hola, tanto tiempo" y yo, anonadada ante tanto delirio , freno, con lágrimas en los ojos y las zapatillas desabrochadas, y te miro... sigues con aquella sonrisa, pero ahora me miras, expectante. Yo me absorto en tu mirada vacía, pretendiente, ridícula, calculadora... me quedo ahí, inmóvil, frágil, vulnerable, presa del pánico y ahora me acompaña Radiohead con exit music y te pregunto entre ironía y dolor  "deja vu?", entonces sueltas una carcajada forzada que deja un eco en mi cerebro, lo martilla, lo atormenta, lo desnuda, pero sigo ahí, absurda, sin decir más, y comienza la magia, el tiempo se detiene, Amos Lee canta colors, y se abre ese (asqueroso pero...) adictivo paréntesis, esa sensación de burbuja hipotética, de ser nada, pero dulcemente acompañada de un demonio, pero algo ocurre, entrecierras los ojos, te acercas un poquito, vigilas... y emprendes la marcha, esa que no me partió el corazón, lo consumió, lo congeló, lo arrancó, lo volvió inmune, insensible, quedo helada, aún con ese sol odioso y con Pink Floyd, wish you were here!!!!, entonces te frenas a dos metros de mí, sigo llorando, miras como de costado, y preguntas porque fui tan cobarde, "no lo sé" consigo responder, pero la vida te da sorpresas, y mis alucinaciones son mías, corrí, los dos metros los guardé en el bolsillo, me limpié las lágrimas, respiré, conté hasta tres... uno... dos... ahhh... tres, "te quiero, sabes?" se acaba... el día nunca llegará, porque me estanqué en un recuerdo, en una hora indicada y me arrepiento, de no haberme dado cuenta de que vendría todo esto después... no tienes la culpa, es solo mía (y de mi respiración agitada).