tic-tac, sonaba un ligero ruido al andar por las calles de broadway, una niña, con reloj de plata levantaba sobre su pulgar diminutas razones de azar, para que alguien las viera y las respondiera, tic-tac, seguia ese entremesedor sonido que con cautela atropellaba mis timpanos, tic-tac y no resistí mas.
Corrió, la pequeña niña del pulgar resistente, hasta mas no dar, una mujer de tacones altos la detuvo, llevaba una peluca de color oro, variadas jogas y colgantes falsos sobre su pecho plano, delgada la tipa, alta, simpatica también, lanzando humo a toda direccion, eran casi las siete de la tarde, y de pronto no vi mas ni a la pequeña ni a la puta.
Tic-tac, sonó por ulrima vez, voltié, y claro, estaba ahi, ¿que?, nosé, ¿como?, talvéz.